sábado, 27 de febrero de 2010

capricho

Qué descontentas mis chicas
Y qué fácil caen en la rutina
del insomnio
y en el lugar común
de pedir algo que no querían

qué fácil es decir hay bloqueo
no hay tiempo
y no hay más

qué difícil terminar aquello
empezar de nuevo
o seguir con esto

qué mierda cambiar de tema
en la mitad de algo
o dar un consejo
a la que llora
en los transportes públicos
a esa que replantea su vida
caminando por la calle
y en la estación devoto
siente que la abraza la oscuridad
o la necesidad imperiosa
de bajarse ya

para qué se molesta
en gastar el codo
si dos veces por semana
elige terminar con su vida
para que no se la saque otro